Algunas
de las mejores charlas que uno puede escuchar son las charlas en las
que una persona de éxito – alguien que es amado por todos,
admirado y respetado por sus logros – da las gracias a todas las
personas que lo ayudaron a llegar a ser quien es.
Si
lo pensamos un poco, ¿Que es tan cautivante e inspirador en escuchar
a las 'super estrellas' expresar su gratitud a aquellos que los
animaron, disciplinaron e incluso forzaron a convertirse en lo mejor
que ellos podían ser y dar de si mismos?. Quizás lo que lo hace tan
cautivante es la sensación que queda en nosotros de que incluso
nuestros procesos y resultados que están bajo o en el promedio de lo
que podemos realmente alcanzar, podrían llegar a niveles muchos más
altos de calidad y rendimiento, y ser aquello que nosotros anhelamos,
si es que tuviéramos el 'coach' o el equipo de apoyo correcto con
nosotros.
Tal
vez nos nutrimos de esperanza al internalizar que incluso los hombres
más famosos - aquellos que más admiramos por su calidad y
productividad – son personas que al igual que nosotros, no podrían
haber logrado lo que hicieron por ellas mismas. Amamos escuchar que
ellos necesitaron de gente que los alentara, disciplinara e inclusos
aveces los forzara a creer en sus capacidades y talentos especiales.
Amamos escucharlos decir que ellos jamás se habrían empujado a si
mismo de la manera que lo hicieron, que jamas se hubieran levantado
tan temprano, o practicado por tantas horas, o organizarse a ellos
mismos y superar y trabajar a traves del dolor si es que no hubieran
tenido la ayuda de otros .
Y
¿Que sucede si una persona nunca ha sido apoyada ni animada de la
manera correcta? Vive una vida de 'desesperación silenciosa'. Vive
una vida en la cual sus talentos y capacidades permanecen ocultos y
alienados de si mismo. Vive una vida en la cual se siente frustrado
al reconocer que posee talentos y grandeza que nunca ha aprendido a
usar: en corto, ha desperdiciado su potencial.
Esta
reflexión a llegado después de conocer personalmente la siguiente
historia. A pesar de ser muy brillante, Frank fue siempre un
estudiante promedio en la escuela. En su juventud, sólo algunos de
los profesores más perceptivos notaron una gran discrepancia entre
las capacidades intelectuales de Frank y su nivel académico. Aunque
Frank tuvo un desempeño extraordinario en estas pocas materias, sus
habilidades excepcionales pasaron completamente inadvertidas para el
resto de sus maestros y para sus padres.
Cuando
Frank entro en la Universidad, nuevamente sólo un par de profesores
notaron sus grandes talentos. Uno de estos profesores trató de tomar
a Frank bajo su guía. Lo invitaba a nadar y a cenar donde
aprovechaba de animarle a leer y a escribir más para así
desarrollar la fina mente que él tenía. Pero fue en vano, Frank
simplemente no creía en si mismo.
Frank
se graduó de la universidad y la escuela profesional sin ninguna
distinción, y durante años trabajó para gente que eran mucho menos
capaces que él. Frank comenzó a odiarse a si mismo por no ser capaz
de sacar a flote la grandeza que el intuía que el tenía. Se
convirtió en una persona excesivamente competitiva y comenzó a
envidiar y codiciar todo lo que los demás tenían, en especial a los
de su propio campo que habían logrado mucho más reconocimiento y
éxito de los que el tenía.
Así
pasó el tiempo y Frank se casó y tuvo hijos. Un día se encontró
casualmente una persona muy famosa en su disciplina académica, el
que Frank había admirado desdé hace más de una década. El
profesor era una 'super estrella' de renombre mundial, y no había
nada en el mundo que Frank anhelara más que se como él.
Incluso
en el estado de letargo en el que vivía, Frank pudo ver que la
oportunidad de conocer a uno de sus 'idolos' era más que una mera
coincidencia. Hashem ayudó a Frank, y dejando a un lado su habitual
inercia, se ofreció de voluntario para ayudar a la 'celebridad' en
uno de sus trabajos.
Al
principio, Frank estaba asombrado de estar en la presencia del
profesor de renombre internacional. Esta gran eminencia se convirtió
de cierta manera en su 'mentor', pero Frank se sentía inadecuado y
disminuido frente a este famoso intelectual, quien había alcanzado
tanto en su campo de estudio y que tan querido y admirado por
millones.
El
profesor instantáneamente vio a través de Frank su imagen negativa
de si mismo, al mismo tiempo que apreció - más que nadie lo había
hecho hasta ese momento - el gran potencial oculto que Frank poseía.
Firmemente animó a Frank, insistiendo que él creyera en si mismo y
sus objetivos con todo su corazón. A través de su persistencia,
positivismo, y sentido profundo de amor y compromiso con Frank, el
profesor utilizó sabiamente su autoridad y poder que tenía a los
ojos de Frank para confrontarlo, a veces duramente, cada vez que
Frank comenzaba a auto-devaluarse, o a dudar de sus capacidades. “Yo
no voy a dejar que hables de ese modo de ti mismo, Frank” - decía
el profesor, lo que en el principio de repetía innumerables veces al
día.
El
gran profesor comenzó a confiar cada vez más en Frank, diciendo que
Frank poseía un talento aún mayor que lo que él hizo en muchos
aspectos. Viniendo de alguien a quien Frank había visto como en
número uno de los eruditos en su campo, se pueden imaginar como esto
impulso la mente y curiosidad de Frank. Todo el tiempo que Frank
compartía con el gran profesor, siempre lo alentaba y felicitaba
sobre todos los aspectos de su progreso profesional. Unos meses
después, Frank comenzó a trabajar a un muy alto nivel, mucho más
que alto que el que su esposa, sus hijos, sus padres o sus amigos
jamás hubiera imaginado – y muchos menos Frank mismo.
Esto
son una muestra de los mensajes que el profesor trataba de grabar en
la mente de Frank todo el tiempo:
“Vas
a ser una superestrella, Frank...”
“Yo
soy aún un mejor entrenador de lo que soy como jugador...”
“No
te preocupes, Frank, hay dos personas de las que una persona jamás
siente celos: sus hijos y sus alumnos...”
“Todas
las personas con las que he hablado, aman tu trabajo Frank...”
“Esto
fue excelente, Frank, tan poderoso, me has llevado hasta las
lagrimas...”
“Estas
llegando a lugares, Frank que te llevaran a hacer una gran
contribución al mundo Frank...”
“No
trates de ser como yo, Frank, se tu mismo. Adhierete a aquello que
mejor sabes hacer...”
“Ahora
estas influenciando a mucha gente Frank...”
“Estoy
recibiendo llamadas de personas que estan perdiendo la cabeza por tu
trabajo, Frank...”
“Quiero
que millones de personas sepan de ti y quien eres Frank...”
“Ahora
puedes volar, Frank, ¡vuela!, extiende tus alas hombre y ve”
“Rezo
por tu éxito todos los días... ”
“Ahora,
puedes mirar que has hecho y de donde has venido...”
“Ahora
tu eres la estrella, Frank. Tu eres el hombre y estoy profundamente
orgulloso de ti...”
“Eres
más que una estrella, Frank...”
“Tu
eres una de las personas de las que más recibo orgullo...”
Frank
escribió y memorizó cada una de estas frases, todas y cada una de
ellas, las buenas y las malas que escuchó de su mentor. A medida que
su confianza en si mismo se hizo más fuerte cada día, también lo
hizo la calidad de su trabajo. Ahora el gran profesor podía confiar
plenamente en su discípulo, y siempre lo promovía
desiteresadamente, cada vez que podía.
También
hubo momentos en los que el profesor tuvo que ponerse muy duro con
Frank, y darle crítica constructiva cuando su trabajo no estaba a la
altura de su capacidad. En unas pocas ocasiones tubo que advertir a
Frank que lo iba a tener que dejar ir si no trabajaba más duro y
rápido y se apegaba a las directrices que el había fijado,
Aunque
no fue fácil, Frank sin embargo siempre aceptó todo lo que el
profesor le decía y no desechó nada que fue dicho por su mentor en
su crecimiento. El fue la primera figura de autoridad que Frank tuvo
en su vida de la que aceptó una reprimenda - aparte de su
entrenador de fútbol – ya que sin importar lo doloroso que podía
ser, el sabía en lo más profundo de su mente que todo venía de él
con amor.
La
carrera de Frank en el mundo académico esta ahora en su pleno
apogeo, y ha comenzado a adquirir el gran renombre internacional que
su sabío maestro intuyó. Frank nunca olvidará lo que hizo por él
su héroe de la juventud. Dios mediante, el hará lo mismo por otra
persona algún día.
Dr.
Zev Ballen
Traducido
por Daniel